Toda mi vida he dormido bien, soñando y sabiendo que estaba soñando, sin pesadillas, inmune a los miedos de los sueños...
Aunque ultimamente hay días que no puedo hacerlo, la mente piensa demasiado, me agobio, los síntomas mentales también empiezan a afectar al cuerpo, garganta seca, se me encoge el estomago. En esas circunstancias tengo que levantarme, volver a poner la tele, o salir a la calle a las 4 de la mañana bajo la lluvia a dar la vuelta a la manzana, todo vale para intentar romper el circulo vicioso de la mente.
Ayer fue uno de esos días, hoy ya es tarde, y tengo mucho sueño atrasado, ya solo quedan 7 horas para tener que ir a trabajar y sigo aquí, mirando la pantalla, y escribiendo un post...
jueves, 16 de abril de 2009
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¿No te da la impresión de que ya sea que logres conciliar el sueño o no, sigues dormido?
ResponderEliminarEso me pasaba cuando no sabía que podía uno salir de la casa del horror, como le llamas, cuando estaba convencida de que lo correcto era solidarizarse con los muertos, con la tristeza de todos los días... Cuando salgas verás que el aire es más fresco afuera, y la vida sorprendentemente más cómoda.